Se calcinan tus
pies, porque debajo de tus pies hay fuego. Debajo, muy debajo de tus pies el
fuego es constante. Y no es el fuego la blasfemia. Y no es el fuego tus pares
enloqueciendo. No es el fuego la tragedia. No es el fuego tu mano aplastando la
nada misma o alguna cosa en particular. El fuego es todo el resto, todo aquello
que esta debajo, muy debajo de tus pies.
Jana Moro
Martes, inciso 21, renglón 03.